El ser poeta, es entrar en las entrañas de esta sociedad y reflejar en arte sus formas más convencionales de vivir. Entrar en estas formas y desconfigurarlas desde su medula.
No sé con cuantos dedos se podría señalar, la normalidad con la que el mundo observa un poema plasmado en figuras literarias.
El mundo es un caleidoscopio de emociones, que el poeta en sus manías, sabe dirigir a un punto de quiebre.
Cuando pienso en un arte de consumo, creo ver a Vallejo divisando en Paris un mundo comprado, su mundo tergiversado. Si encontrara sobrio mi propia pluma, sin embriagarme en tanta melancolía. Allí podría conocer lo convencional…
Como tantas veces me dije, fumando no encontraras la sabiduría en el humo y tampoco la inspiración llegara levitando en las nubes de nicotina que se forma…
Me preguntaría si podríamos evadirnos de toda esta realidad, y seguir mecánicamente algún molde… no podrías vender tu arte en una esquina mal configurada
No podrías llamar arte, a la forma que alguna fulana contornea las caderas sin ningún sentido aparente. Pues las luces sicodélicas de los espectáculos, opacan los grises destellos de algún poeta…
Siguiendo toda esta línea, el hombre solo vive de momentáneas formas de arte…ya no nos satisface la simple expresión del alma, ahora buscamos nuevas formas y nos vemos en un mundo acabado, frívolo y vacio.
Es como solo por pintar con los ojos y no buscar plasmar mas allá de las mismas matices…
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